PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES 2020
Qué decir, en un año tan difícil cómo el que nos ha tocado vivir. Mis palabras se pueden parecer a la de muchos otros, tanto en el plano personal como en el profesional.
Quién nos iba a decir a principios de año, que llegábamos a este 2020 con tantas ganas y energía, que todo se vería pronto interrumpido por un virus internacional. Todos teníamos nuestros planes y expectativas sobre el año que llegaba. Empresarialmente habíamos elaborado nuestros plan con sus objetivos departamentales y con nuevos retos que afrontar. Y a nivel personal, pues cada uno con su vida y sus proyectos.
Esta situación nos ha cogido a todos por sorpresa, inconscientes de la verdadera naturaleza a la que nos enfrentábamos. Incluso hemos vivido, en parte, ajenos a esa realidad durante muchos meses por lo desconocido de la situación. Hemos avanzado día a día, convivido con restricciones y normativas, con la incertidumbre del mañana y adaptándonos a una nueva vida sin entender bien el por qué. Cada paso en nuestras decisiones era un reto en sí mismo, a la vez que un aprendizaje.
Y cuando uno toca y vive de cerca ese mal que nos ha invadido, de repente todo se torna todo más real, el nivel de consciencia de la gravedad de la situación sube entiendes de golpe todos los por qués.
En la primera ola nos adaptamos casi sin pensar, nivel supervivencia. Teletrabajo, reuniones telemáticas, vivir y trabajar a deshoras, cocinar con el móvil, documentación y deberes mezclados… Aprendimos, nos reinventamos, y pasamos a planificar el trabajo semana a semana, ¡incluso día a día! Algo que sin un gran equipo detrás, no hubiera sido posible. Y con todo eso, tuvimos la gran suerte de no tener ningún caso positivo de Covid19, ni internamente ni familiares cercanos. Vivíamos al son de algo que seguía siendo difícil de entender, por el desconocimiento general del virus y por ser algo tan invisible y ajeno a nuestro entorno. Aún se hacía más difícil entender los porqués de la situación. Otra vez, seguía siendo difícil entender los porqués.
Pero en la segunda ola, tras una desescalada ansiada y unos meses de vida pendiente concentrada, sí que lo hemos sufrido en primera línea. Y es que dos compañeros del equipo dieron positivo por coronavirus junto a varios de sus familiares. Sin duda, fue un duro golpe, para ellos y para todos. La preocupación por su salud, la incertidumbre de su evolución, el miedo por sus familiares cercanos de riesgo y el desamparo que te inunda cuando te toca de cerca la dichosa pandemia, generó días angustiosos que se hacían extrañamente largos.
De nuevo, gracias al equipo que hay detrás, pudimos sortear los obstáculos, vinieran por donde vinieran. Y llenos de esperanza, hacíamos guardia cual ejército, a la espera de buenas noticias. Y así fue. Todos están bien, compañeros y familiares. Han superado la enfermedad positivamente. Este maldito virus no ha ganado por aquí, y esperamos que siga siendo así lo máximo posible. Ya queda menos para recuperar una vida robada, o perdida, o tal vez ninguna de las dos, simplemente una vida distinta, un camino inexplorado de aprendizaje y de consciencia. Este paréntesis de vida y reflexión no hace afrontar con más ganas si cabe el próximo 2021. Sí, también con planes y proyectos, pero con el aprendizaje de la flexibilidad y adaptabilidad que, entre otras cosas, nos ha regalado el 2020.
Gracias equipo, “viento en popa a toda vela”
Carta del director